FADEL, Saccaggio y la Justicialista: anhelos de la Argentina potencia (cuarta parte)

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La Argentina (Nro. 2) detenida en playa mecánica de Remedios de Escalada en 1961, retratada por Marcelo Arcas.

Tras el golpe institucional de 1955 las locomotoras prototipo se retiran del servicio reapareciendo en escena un año más tarde. La Justicialista fue rebautizada como Libertad, la placa del fabricante reemplazada por otra con la inscripción «Roca» y ambas fueron pintadas en color gris claro con apliques en azul, ocupándose nuevamente del servicio que cumplían previamente a cargo del tren El Marplatense. Sin embargo, por tratarse de ejemplares únicos, su mantenimiento resultaba cada vez más complejo y costoso siendo separadas definitivamente del servicio a comienzos de 1963. La radiación formal tuvo lugar recién en 1966, aunque para entonces habían desaparecido de su lugar de estacionamiento en los talleres de Escalada lo que ofrece dudas respecto a la fecha en que fueron desguazadas.

Por su parte, la entrega de los 80 motores importados y la fabricación de 200 restantes se concluyó sin que hubiera motivo para su utilización. Tras varios proyectos inconclusos, se resuelve utilizarlos en la fabricación de locomotoras de 1000 y 1200 HP que desarrolló un consorcio ítalo-argentino formado por empresas de ambos países (G.A.I.A.) cuya historia desarrollamos en nota aparte (que se puede leer aquí).

FADEL: Mito y realidad

¿Fue la Justicialista una proeza mecánica destinada a competir con los más evolucionados diseños en materia de tracción ferroviaria como proclamaba la prensa oficial o se trató de un fraude propagandístico como denunciaban su detractores? No resulta sencillo arribar a una respuesta definitiva cuando la consideración histórica se encuentra inevitablemente teñida por pasiones que medio siglo después siguen tan vigentes como entonces.

Los hechos objetivos demuestran que la Justicialista no fue precisamente moderna en su concepción, e incluso adolecía de algunos vicios de diseño que ya habían sido superados por los fabricantes de locomotoras a nivel mundial. Sin embargo, debemos considerar que el Ing. Saccaggio era un septuagenario cuando fue convocado para hacerse cargo del proyecto FADEL y que basó su desarrollo en la iniciativa nacida en los años ’30, por lo que algunas de las soluciones técnicas adoptadas resultaban, cuanto menos, desactualizadas.

Pero, con aciertos y errores, tanto la Justicialista como la Argentina funcionaron en forma aceptable por al menos una década a pesar de las precarias condiciones de su origen, sintetizando el germen de una industria ferroviaria pesada que pudo haber evolucionado favorablemente en los años subsiguientes de no haber sido interrumpida en forma prematura.

Para leer más:

  • Pastine, J.C. La fábrica argentina de locomotoras, en revista Todo Trenes Nº 66.