La mas americana de las europeas: Cockerill-Ougree del Roca

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Una belga a la cabeza del renomabrado tren El Marplatense a su paso por Temperley. Foto de Richard Campbell en el verano de 1970.

El buen desempeño ostentado por las 51 diesel eléctricas Baldwin-Lima-Hamilton incorporadas en 1953 al Ferrocarril General Roca impulsó a las autoridades del Ministerio de Transporte a propiciar la incorporación de un nuevo lote con el fin de reemplazar la tracción vapor en los corredores Plaza Constitución – Bahía Blanca, Tandil y ramales. Sin embargo para ese entonces la citada firma americana había cerrado su producción, por lo que la compra recayó en una licenciataria de aquella, la firma Cockerill Ougree de Bélgica.

Aunque similares en su aspecto técnico, estas 50 locomotoras (modelo 2R-616-E) presentaban respecto a aquellas ciertas diferencias constructivas como ser su carrocería de aspecto típicamente europeo (con una cabina de conducción en cada extremo), el sistema de freno (que en este caso era combinado vacío/comprimido) y los parabrisas polarizados en verde que con los años se fueron reemplazando por cristales normales lo que obligó a incorporar viseras para reducir la luminosidad de frente en la cabina.

Varias Cockerill-Ougre en proceso de montaje del motor en la planta de Seraing

La construcción fue subcontratada a la firma La Brugeoise et Nivelles (la misma que fabricó los recordados coches de madera de la línea A del subte porteño) ocupándose la Cockerill únicamente de la producción de los motores diesel en su planta de Seraing.

Cada locomotora contaba con un motor diesel Baldwin-Cockerill 608SC de ocho cilindros en línea de 324 mm de diámetro y 394 mm de carrera que erogaba 1750 HP a 625 r.p.m. Éste impulsaba un generador Westinghouse modelo 471-B de 1180 KW que alimentaba seis motores de tracción de igual marca modelo 561-A de 240 HP de potencia cada uno. Con un peso en servicio de 105 toneladas, ofrecía 1600 HP de potencia al gancho con un esfuerzo de tracción inicial de 28.800 Kg y un esfuerzo de tracción contínuo de 16.500 Kg.

Disposición de elementos de tracción, auxiliares y control en la locomotora.

Llegaron luciendo una decoración combinada en colores rojo y amarillo huevo separados por una delgada línea blanca. Su techo y vista lateral lucían ostentaban un llamativo color plateado mientras que los bajos y rodados eran íntegramente negros. Tras la creación de Ferrocarriles Argentinos en 1967 cambiaron el color del techo por el rojo borravino, perdiendo además la franja blanca y el plateado de los laterales.

Clasificadas por el Roca como clase D.E.123 y numeradas 7052 a 7101, fueron diagramadas con los principales trenes de pasajeros entre Plaza Constitución y Bahía Blanca, Zapala y Bariloche, como así también en la ruta a Mar del Plata y otros destinos de la provincia de Buenos Aires. En 1972 comenzó la incorporación de las nuevas GM GT-22CW, que asumieron dichos corredores relegando a las Cockerill a servicios de carga aprovechando el hecho de contar con freno por aire comprimido, sistema que equipaba a los vagones que comenzaron a incorporarse en esa época.

La 7082 con un expreso en Bahía Blanca preparándose para seguir camino al sur a principios de los ’60.

La electrificación de los servicios metropolitanos de la zona Buenos Aires en la década de 1980 las relegó definitivamente a las zonas Olavarría, Tandil y Bahía Blanca. En esta última se se ocuparon de la tracción de los servicios locales a Alte Solier e Ing. White. Durante un par de años corrieron también un servicio entre Gral. Roca y Plottier, servicio que tras un par de años fue definitivamente levantado.

La concesión de los servicios de cargas a operadores privados significó su fin definitivo, a pesar que varias de ellas habían sido asignadas a Ferrosur Roca que apenas las utilizó por poco tiempo en tareas de maniobras en Olavarría, Ingeniero White y Neuquén. A diferencia de otros modelos de locomotoras cuya serie completa ha desaparecido una unidad permanece en custodia por el Centro de Preservación Remedios de Escalada del Ferroclub Argentino que se encuentra abocado a su restauración.

Aunque se destacaron en servicios generales de renombre no fue extraña su presencia en los servicios locales