De la Colón al eléctrico: tracción en los servicios suburbanos del Sud – Roca (tercera parte)

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La usina rodante UE1, primer exponente de la experiencia del Ing. Saccaggio

En el año 1929 se incorporan las primeras formaciones diésel al servicio urbano, en la forma de las usinas UE1 y UE2, también diseñadas por el prolífico Ing. Saccaggio. Van permanentemente acopladas a sendas formaciones de cinco coches con una pequeña cabina en el último vehículo. No eran como los conocidos Push-Pull que aparecerían algunos años después, ya que los coches poseían motores de tracción alimentados por el motor diésel de la usina, que también poseía motores eléctricos.

El éxito de ellas fue tal que se decide construir tres usinas adicionales pero de mayor potencia, las que llegan en 1933 con los números UE3 al 5. Son de doble cuerpo y van acoplados a ocho coches eléctricos cada uno. Tan buen resultado dieron que se olvidaron por otros 20 años de electrificar las líneas.

La UE1 y UE2 trabajaron en la línea a Quilmes hasta 1948 cuando son radiadas y reconvertidas a una unidad doble con nuevos motores y generadores de mayor potencia e incorporación de bogies. La misma entra en servicio en 1954 con la denominación UE6. Corre junto a las otras usinas en especial los trenes rápidos locales a Empalme San Vicente hasta ser radiadas todas en 1962.

Las líneas auxiliares de escaso tráfico urbano fueron, a partir de 1938, surcadas por una importante flotilla de coches motor Drewry que prestaron servicios de combinación con los trenes locales pesados.

Un coche tipo A en la planta de English Electric en Preston.

Con un tráfico siempre en aumento; ya que cuando en 1940 se transportaron 53 millones de pasajeros, para 1955 la cifra alcanzó 153 millones, como consecuencia de una repentina industrialización del conurbano sur con necesidad de gran cantidad de personal obrero, el flamante Roca, creado al nacionalizarse los FFCC en 1948, se encontró en situación crítica. Desaparición de locomotoras de reserva, incorporación de unidades fuera de servicio e introducción de otras se hizo imperioso. Para tratar de paliar esta situación se reincorporan al servicio seis locomotoras clase 8A, se modifican una docena de 8C por el Ing. Livio D. Porta conjuntamente con medio centenar de 8E al sistema de escape, y se introducen en 1957 las 10 locomotoras con ténder 4-6-0 clase 12F al servicio Buenos Aires – La Plata como medida de alivio al diagrama.

Fatiga en los bastidores, en especial a clase 8C y veinte años de servicio de los coches Drewry obligan también a introducir la locomotora CM210, ya con un par de millones de kilómetros en su haber, a cooperar en los servicios acelerados de sus hermanas usinas UE3 al 6.

En 1959 el grueso de las recién llegadas Alsthom conjuntamente con algunas Cockerill (ambas de vía principal) se las presiona al servicio, eliminando ya en forma definitiva a las 8A y el grueso de las 8C. Y llegamos a 1962. Un no muy brillante estudio calcula que las 62 locomotoras clase 8E pueden ser reemplazadas por 45 locomotoras de 1300 HP y estandarizar todo el parque suburbano con estas locomotoras. [Ir a la última parte]