Cuando la cerveza llegaba en tranvía: la Compañía Buenos Aires y Quilmes (segunda parte)

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Un tranvía cervecero llegando al depósito de la Compañía en Avenida Belgrano al 3200 en la Ciudad de Buenos Aires.

Luego de entregar su servicio de pasajeros al Anglo, la B.A. y Q. pasó a ser exclusivamente una compañía de cargas; con el correr de los años el tráfico se  limitó casi exclusivamente al transporte de cerveza a la red de depósitos de la Cervecería Quilmes.

Los cambios operados en la administración del transporte, la Corporación y luego la nacionalización; no la afectaron y continuó en servicio ininterrumpidamente hasta que la eliminación del sistema tranviario, y el retiro de los rieles de la avenida Mitre le impidieron continuar cumpliendo con el mismo.

En junio de 1961 se había liquidado la legendaria  Buenos Aires y Quilmes pasando los servicios remanentes a la administración de la Cervecería, por medio del «Departamento Tranvías»,  el que finalmente fue clausurado en 1967.

Los tranvías

Por tratarse de una empresa de origen alemán, todo el material rodante de la B. A. y Q. tuvo esa procedencia, correspondiendo a la firma Falkenried de Hamburgo la prvisión en 1904 de todas las variantes que hubo en servicio.

Los coches de pasajeros fueron provistos en tres versiones diferentes,  con 9, 10 y 12 ventanillas; ésta última disponía de una capacidad de apenas 34 pasajeros sentados, ya que los asientos de una de las filas eran individuales lo mismo que los de los extremos del salón. Era, además, el de mayor longitud: 11,86 mts., con un ancho de  2,30 mts. y una altura de 3,43 mts.; el peso de la unidad era de 12 toneladas.

Personal tranviario luciendo sonriente sobre un vehículo de carga de dos ejes con acoplado en la entrada de la planta.

Las tres versiones venían equipadas con bogies de 4 ejes del tipo denominado «máxima tracción», cada uno con un sólo eje motriz provisto de un motor AEG de 50 HP, y un eje portante con ruedas de menor diámetro que el motriz.

Los «Falkenried» de pasajeros tuvieron una existencia muy corta, al hacerse cargo de los servicios la «Anglo Argentina» -que nunca tuvo predilección por los tranvías de 4 ejes- los reemplazó por coches estándar de su flota.

Nómina de depósitos de la Cía. de Tranvías Buenos Aires y Quilmes [Clic para ampliar]
Diferente fue la historia del material destinado al transporte de cargas, donde existieron dos modelos de coches motores y varios tipos de vehículos acoplados. Wl tráfico principal estuvo a cargo de los «Cerveceros» de 4 ejes, los que tenían una longitud de 12 metros, un ancho de 2,30 mts. y una altura de 3,30 mts., la distancia entre centros de bogies era de 6,50 m y la distancia entre los ejes del bogie de 1,30 metros.

Estaban equipados con 4 motores AEG de 50 HP c/uno, lo que le daba en conjunto la respetable potencia de 200 HP, y llegaron al país con las plataformas abiertas las que luego fueron cerradas en los propios talleres de la CTBA y Q; aparentemente existieron 37 de estos vehículos con la serie de numeración del 101 al 137. Se ignora el peso y la capacidad de carga de éstos, aunque podían circular con uno o dos vagones cerrados a remolque.

El otro modelo de coche motor era más bien una zorra de 2 ejes,  un vagón de carga con una pequeña plataforma en cada extremo; medía 5,86 mts. de largo, 2,30 mts. de ancho y 3,15 mts. de altura; pesaba 8 toneladas y estaba equipada con dos motores AEG de 50 HP cada uno.

 

El rubro de los vehículos remolcados era igualmente interesante, existiendo vagones cerrados de 2 ejes en sus versiones con y sin plataforma; también abiertos con bordes altos e inclusive algunos especiales como el caso de tanques de 4 ejes para transporte de ácido para la compañía «La Sulfúrica».

Los esquemas de colores utilizados por la B.A. y Q.  fueron para el caso de los vehículos de carga gris «ferrocarril», techo blanco y los parachoques frontales en rojo. Los tranvías de pasajeros tuvieron originalmente un esquema de dos colores (se desconoce cuáles) adoptando luego el amarillo marfil.

Fuentes consultadas:

  • González Podestá, A., Los tranvías de Buenos Aires, AAT, 1986.
  • González López, J. L., La era del tranvía eléctrico, MJL Ediciones, 2007.