Luego de ensayar algunos años con diversos modelos de coches motor diesel, la administración de los ferrocarriles del Estado contempló la incorporación de locomotoras de este tipo de tracción iniciando para ello negociaciones con dos firmas que tenían un largo historial en el suministro de locomotoras de vapor a nuestro país (ALCo products y Baldwin Locomotive Works) por 35 locomotoras de 1800 HP y 75 de 600 HP respectivamente. Sin embargo, por tratarse de locomotoras de bajo peso y potencia la primera de ellas derivó la orden a su entonces socia comercial General Electric mientras que la segunda hizo lo propio con su subdiaria The Whitcomb Locomotive Co. de Rochelle de Illinois, que cumplió más rápidamente con el pedido por lo que su producto se convirtió en el primer modelo de locomotora diesel de adquisición masiva de nuestros ferrocarriles.
Se trataba de locomotoras del tipo bidireccional, con una sola cabina de conducción de gran tamaño ubicada en un extremo y si bien por la época de su construcción se trataba de un modelo de segunda generación tenía algunas reminiscencias de las tipo Cab. La sala de máquinas estaba ubicada en un capot largo con pasillos laterales y con barandas tan sólo en los pasamanos de las escalerillas de acceso y en el frente.
El proyecto original de dieselización de la línea Belgrano contemplaba afectar la nueva tracción a los sectores de vía principal en los tramos Retiro – Rosario (Vía CC), Córdoba – Tucumán, Retiro – Rosario – Santa Fe, Rosario – Buenos Aires (Vía Pergamino).
Llegadas en 1949, las Whitcomb 70-DE-30 tuvieron a su cargo la dieselización de la línea suburbana en el sector de Retiro a Villa Rosa, asegurando también la corrida de trenes mixtos en el sector Retiro – Rosario – Alta Córdoba y en el sector Alta Córdoba – Balnearia. También corrieron trenes de carga/maniobra en el sector Retiro – Rosario. En la línea suburbana reemplazaron a los coches motor y a las locomotoras a vapor. Este sector fue el primero de los alrededores de Buenos Aires en tener vehículos de tracción diesel pues ya en 1938 los coches motor Ganz habían monopolizado el tráfico en el sector Retiro – Boulogne. En esta línea, junto con las Whitcomb, se estrenaron los nuevos coches construidos en los talleres de Tafí Viejo. La explosión demográfica que experimentó el Gran Buenos Aires a fines de los años 40 hizo necesario brindar al usuario un frecuente y confiable servicio, algo que la línea CC pudo ofrecer gracias a estas mejoras.
Con la incorporación en 1958 de las locomotoras English Electric para el servicio local de la línea CC entre Retiro y Villa Rosa comenzó el desplazamiento de las Whitcomb hacia nuevos rumbos. Estas asumieron entonces tareas de carga y maniobra en la línea CC y algunas unidades, las que en mejores condiciones se encontraban, se desplazaron a la zona local de las líneas G y M para servir en los sectores Buenos Aires – González Catán y Puente Alsina – Libertad.
En 1963 la línea Belgrano incorpora locomotoras ALCO RSD-35, destinadas a la dieselización de la zona Córdoba, pero algunas unidades pasan a reforzar los servicios locales de la zona CC, lo que decidió el fin de la actuación de las Whitcomb en los trenes locales del sector Retiro – Villa Rosa, quedando sólo en servicio en la zona Buenos Aires. Para este entonces más de la mitad del parque se encontraba fuera de servicio y se hallaba concentrado en los talleres La Plata del ex Ferrocarril Provincial de Buenos Aires, en la ciudad homónima.
La Zona Buenos Aires hizo mucho por mantener a estas locomotoras en servicio, tanto para los servicios locales como para la carga, pues las Werkspoor 600 estaban sobreexigidas a pesar de contar con menos de diez años de servicio. Pero en 1969 se decide la recuperación de las máquinas holandesas lo que tuvo lugar entre 1970 y 1972, acelerando el fin de las Whitcomb en los trenes locales, quedando unas pocas afectadas a los servicios de maniobras y retornando a la línea CC. El grueso del parque, unas 50 unidades, fue radiado y desguazado hacia 1969, mientras que otras 20 se dan de baja en 1971. Unas pocas, no obstante, fueron reacondicionadas para asumir las tareas de maniobras y así eliminar las pocas locomotoras a vapor que aún operaban en Saldías y Boulogne, con tal éxito que un par de unidades retornaron a la Zona Buenos Aires para las maniobras en Tapiales, Buenos Aires y Puente Alsina. La última en apagar su motor fue la 10744, que terminó sus días como pilota de maniobras en el taller Córdoba hasta mediados de 1988.