En un viaje, la Justicialista no pudo responder a una señal a peligro y en una estación cercana a Mar del Plata colisionó de frente a un par de vaporeras que tenían prioridad. El hecho publicado en los diarios de la época, empero, no empañó la vasta publicidad de las prestaciones de la N° 1. En estos primeros cien mil kilómetros el mantenimiento de la locomotora se limitó a las tareas de rutina. Se habían arrastrado trenes de 600 toneladas a velocidades de 120 y 140 km/h sobre rieles de 42 kg/m y 1200 durmientes por kilómetro, descansando gran parte de éstos sobre balasto de tierra.
Pero el punto sobre el que Saccaggio hacía hincapié era el desgaste mínimo que habían sufrido las pestañas y por ende, los rieles. Si se reducían los desgastes de los rieles, se evitaba su recambio, y si las Fadel eran capaces de mantener y mejorar los horarios en corredores saturados no era necesario renovar ni en ampliar la red sino incorporar la cantidad de locomotoras que establecían los cálculos: 610, que serían fabricadas en dos modelos: uno de 2400 HP (395 unidades) y otro de 800 HP (215 unidades).
El predio utilizado en Liniers resultaba insuficiente para el ambicioso plan. Si bien la primera etapa del proyecto comprendía 140 locomotoras que comenzaron a construirse en Liniers, se dispuso trasladar a Mendoza el asiento definitivo para FADEL. Mientras tanto se contrató con la FIAT la provisión de 280 motores, 80 de ellos fabricados en Italia y los 200 restantes en nuestro país, para lo cual FIAT inauguró una planta especializada en la provincia de Córdoba (Grandes Motores Diesel – GMD).
Sin embargo, todos los proyectos quedarían truncos tras el derrocamiento de Gobierno Constitucional en 1955. Las nuevas autoridades resolvieron la disolución de la FADEL destruyendo las carrocerías que estaban en proceso de montaje. El Ing. Saccaggio, cuya trayectoria era objeto de reconocimiento internacional, fue por su parte denostado públicamente yfalleció algunos años después sumido en una profunda depresión. [Seguir leyendo]