Construidas por la tradicional casa norteamericana Alco Products en sus talleres de Cooke Works, llegaron a nuestro país en dos tandas: la primera en 1919 (Nros. 651 a 669) y la segunda en 1921 (670 a 680) siendo nominadas por el Ferrocarril de Santa Fe como clase 12. De rodado 4-6-2 (pacífico) contaban con un ténder de cuatro ejes con capacidad para 10 toneladas de leña y 13 metros cúbicos de agua. Sus cilindros eran de simple expansión con un diámetro de 406mm y una carrera de 508mm y la distribución era externa (Walschaerts), de válvulas cilíndricas.
Pese a ser clasificadas como locomotoras de carga (el F.C.S.F. tenía por costumbre nominar sus locomotoras para trenes de pasajeros con series pares y las de carga en series impares), su rodado las hacía aptas para ambos tipos de tráfico y en tal sentido se ocuparon de todo tipo de tráfico en la red santafesina.
La incorporación de la tracción diesel en los años ’60 aceleró la desaparición de gran parte del material tractivo del viejo Ferrocarril de Santa Fe, sobreviviendo sólo algunos ejemplares de las series 8a, 10a y 12a que se desplazaron a la zona Buenos Aires donde la infraestrucutra impedía el uso de locomotoras más pesadas.
En el año 1960 un ejemplar (No. 4674) fue seleccionada por el prolífico Ingeniero Livio Dante Porta que la sometió a una serie de reformas con el propósito de utilizar el carbón obtenido en el yacimiento de Rio Turbio (Santa Cruz). Si bien dichas reformas fueron de orden técnico, algunas modificaciones estéticas (chimenea de mayor altura y deflectores de humo, por ejemplo) denotaban su carácter especial. Fue, además, bautizada con el nombre de «Rio Turbio».
En los últimos años de la tracción a vapor, ya radiadas las B23 y B24 del ex Central Norte, las duodécimas se ocuparon de los locales entre Santa Fe y Laguna Paiva, los mixtos entre Santa Fe y Resistencia vía Tostado y Avia Terai, Villa María – San Francisco, Buenos Aires y Pergamino, carga y hacienda entre Tapiales y Carhué y maniobras en las zonas Buenos Aires y Santa Fe.