
A mediados de los años 30 el transporte automotor de pasajeros se consolidaba como un serio competidor del transporte sobre rieles, obligando a las empresas ferroviarias a brindar servicios más cómodos, ágiles y veloces. En este marco los Ferrocarriles del Estado contratan con la firma húngara Ganz la provisión de una importante cantidad de coches motores diesel para las líneas del Central Norte, del Este y patagónicas. Los favorables resultados obtenidos dan lugar a un nuevo contrato para la provisión de trenes de mayor capacidad, dos de los cuales serían destinados a la línea entre Carmen de Patagones (por entonces combinación con el Ferrocarril del Sud) y Bariloche.
Cada tren estaba compuesto por tres coches, dos de ellos motrices pero diferentes en su equipamiento. El primero contaba con un salón con 48 asientos de segunda clase, cocina y toillete. El otro contaba con cuatro compartimentos de primera clase con capacidad para cuatro pasajeros cada uno, toillete y un generoso furgón de equipajes. El remolque intermedio contaba con un salón de segunda clase con capacidad para 40 pasajeros y otros siete compartimentos de primera clase idénticos al del coche motriz.
Los tres vehículos estaban equipados con aire acondicionado, singular detalle de comodidad para la época. Tras una larga travesía marítima arribaron a Buenos Aires en agosto de 1938, y desde diciembre de ese mismo año comenzaron a correr en servicio regular. El servicio se prestaba dos veces por semana en temporada estival, aumentando la frecuencia en un servicio a partir de 1940. El servicio, que recibió el nombre de Tronador, se prestaba en combinación con el Ferrocarril del Sud, estableciéndose un tiempo total de viaje entre Buenos Aires y Bariloche de 27 horas y 50 minutos. En 1943 el servicio fue rebautizado como Andino, pero para entonces la falta de mantenimiento apropiado y la escases de respuestos por la guerra traía no pocos problemas de explotación, siendo reemplazados frecuentemente por servicios traccionados a vapor.

Tras la Nacionalización de los ferrocarriles en 1948 ambos trenes fueron trasladados al depósito diesel Temperley donde fueron alistados para ser asignados a un nuevo servicio que, bautizado como Huemul (nombre de un ciervo autóctono de la Patagonia característico por su agilidad velocidad) uniría Plaza Constitución y Bahía Blanca en apenas siete horas.
El servicio inaugural tuvo lugar el 1 de junio de 1949 y su partida de Plaza Constitución contó con la presencia de la primera dama presidencial, Eva Duarte de Perón. Si bien la partida estaba programada para las 12 horas, cuestiones de protocolo hicieron que esta se extendiera hasta las 13.29. Sin embargo, y en pos de mostrar las bondades del servicio, se recuperó el tiempo durante el viaje arribando a Bahía Blanca en seis horas y seis minutos, a una velocidad promedio superior a los 105 km/h.
En poco tiempo quedó demostrado que el tiempo empleado por el Huemul podía ser mejorado, y en diciembre de 1949 éste se redujo a 6 horas 30 minutos para unir Constitución y Bahía Blanca. Desde mayo del año siguiente, además, fue agregada otra frecuencia semanal. El 16 de junio de ese año, uno de los equipos protagonizó un espectacular descarrilamiento en cercanías de Las Flores, sin víctimas fatales pero con gran repercusión mediática.
Fuentes consultadas
- Waddell, Jorge en revista Ferroclub No. 26
- Manual técnico Ganz