
Como parte del proceso de reovación del material rodante que tuvo lugar tras la nacionalización de nuestros ferrocarriles, en el año 1952 el F.C. Gral. Urquiza incorpora 15 locomotoras de rodado 2-10-0/4-4 construidas por Henschel & Sohn de Alemania que contaba con importantes características, como articulación sistema Beugniot en su base rígida, y Krauss Helmholtz entre la carretilla portante y el primer eje motriz, lo que le facilitaba tomar sin problemas curvas de radio reducido.
Contaban con cilindros de 530,2 mm de diámetro y 660 mm de carrera movidos por vapor generado a una presión bastante elevada en relación a la generalidad de las locomotoras, 226 libras por pulgada cuadrada, equivalente a 15,37 kg/cm2.

Aunque en un principio algunas de ellas prestaron servicio por vías del ex Central de Buenos Aires, su principal actuaciónfue en las líneas mesopotámicas (especialmente en la provincia de Entre Rios) con todo tipo de cargas y algún que otro tren importante de pasajeros.
A mediados de los ’70, conforme iban pasando por reparación general, les fue incorporado el freno de aire comprimido con elementos aportados por el Ferrocarril Belgrano.
Por su porte y confiabilidad se convirtieron en reinas de la vía principal hasta la incorporación de las General Motors G-22CW a mediados de los ’70. Por fortuna una unidad se encuentra bajo custodia al Ferroclub Argentino que la resguarda en su Centro de Preservación Cnel. F. Lynch.



























